Vergüenza Nacional
Miguel Bernard. Discurso en la I Convención de Reneración
Es una auténtica vergüenza nacional que los diputados y senadores mantengan el privilegio de concederles la pensión máxima con tan solo siete años de cotización.
Es una auténtica vergüenza nacional la concesión de miles de millones de euros a sindicatos amarillos, comisiones y UGT con el dinero de todos los españoles, para luego defraudar en los cursos de formación, efectuar huelgas salvajes e ilegales y pactar vergonzosamente con el gobierno una reforma lesiva de las pensiones.
Es una auténtica vergüenza nacional el mantenimiento del fraude del PER en Andalucía y Extremadura.
Es una auténtica vergüenza nacional la concesión de miles de millones de euros a ONG y fundaciones de forma sectaria y partidista.
Es una auténtica vergüenza nacional la condonación de deudas a partidos políticos y a regímenes totalitarios y tiránicos.
Es una auténtica vergüenza nacional la contratación de miles de asesores políticos correligionarios de los partidos políticos en todas las áreas de las administraciones públicas al margen de la legalidad vigente.
Es una vergüenza nacional que la marca Batasuna, a través de ANV, esté todavía en las instituciones vascas.
Es una auténtica vergüenza nacional que se haya metido mano a la caja de pensiones, dejándolas en la cobertura de liquidez para hacer frente a las pensiones.
Es una vergüenza nacional que se persiga y hostigue a creencias religiosas tradicionales en España, la religión católica, y se alienten creencias islámicas.
Es una vergüenza nacional el transfuguismo político que se produce con total impunidad burlando la voluntad popular.
Es una vergüenza nacional los casos del fraude del voto por correo en los procesos electorales que quedan impunes.
Es una vergüenza nacional que ex presidentes de comunidades autónomas, ex presidentes del Gobierno y ex ministros mantengan el 80% del sueldo que tenían, además de que se les premia como consejeros de empresas privadas compatibilizando todos los sueldos.
Es una vergüenza nacional que todas las televisiones públicas, financiadas con el dinero de todos los españoles, estén en quiebra y se siga manteniendo el endeudamiento.
Es una auténtica vergüenza nacional que se haya intervenido España, por culpa de nuestros gobernantes, con la complicidad del sistema financiero, de bancos y cajas de ahorro.
Es una auténtica vergüenza nacional la corrupción generalizada, a lo ancho y largo de la geografía de España, extendiéndose como un cáncer con metástasis.
Es una auténtica vergüenza nacional que tengamos un ministerio público que, en lugar de defender la legalidad vigente, actúa como comisario político del Gobierno.
Es una auténtica vergüenza nacional la aprobación de las leyes del aborto y matrimonios homosexuales, con financiación de las administraciones públicas a más de 120.000 abortos ilegales anuales en España.
Es una auténtica vergüenza nacional que el efecto llamada haya provocado cientos de muertos en pateras.
Es una auténtica vergüenza nacional financie y se deje chantajear por organizaciones terroristas, tal es el caso de los buques atuneros Playa de Bakio, Alakrana, y el caso de los cooperantes en Mauritania.
Es una auténtica vergüenza nacional que se supere el 20% de tasa de paro, más del doble del porcentaje de los países de la Unión Europea.
Es una auténtica vergüenza nacional que los españoles no tengamos garantizada nuestra intimidad por el manejo de Rubalcaba con el ordenador Saipem.
Es una auténtica vergüenza nacional que todavía no se haya modificado la Ley General Electoral, que provoca el chantaje de los partidos minoritarios nacionalistas.
Es una auténtica vergüenza nacional que no se haya puesto coto al título octavo de la Constitución, el sistema de las autonomías, que representa una flagrante vulneración del artículo 14 de la Constitución de la quiebra de la economía nacional.
Es una auténtica vergüenza nacional que España, como Nación, ayuntamientos y comunidades autónomas estén en quiebra por el despilfarro de nuestros políticos.
Es una auténtica vergüenza nacional que miles de autónomos se hayan quedado en la indigencia.
Es una auténtica vergüenza nacional que se trate de suprimir la acción popular para que hechos punibles queden impunes.
Es una auténtica vergüenza nacional que miles de ciudadanos que habían invertido sus ahorros en Afinsa y Forum Filatélico se les despojara y se les incautara sus ahorros de forma ilegal.
Es una auténtica vergüenza nacional el escándalo del chivatazo, de colaboración con la cúpula del Ministerio del Interior con el aparato de extorsión con ETA.
Es una auténtica vergüenza nacional que todavía un juez prevaricador, como es el caso del juez Garzón, se le permita con sus cómplices insultar y calumniar a las instituciones y magistrados del Tribunal Supremo.
Es una auténtica vergüenza nacional que tengamos 17 Comunidades Autónomas como Reinos de Taifas, con sus correspondientes embajadas no sólo dentro del territorio nacional, sino también a nivel internacional.
Es una auténtica vergüenza nacional que tengamos un Gobierno que apoya, con el dinero de todos los españoles, la mala gestión financiera de bancos y cajas de ahorros.
Es una auténtica vergüenza nacional que el presidente del Congreso de los Diputados, el señor Bono, no haya justificado un incremento descomunal de su patrimonio.
Es una auténtica vergüenza nacional que tengamos un poder judicial sometido al ejecutivo, y que no esté garantizada la seguridad jurídica.
Es una auténtica vergüenza nacional que el ex presidente de la Junta de Andalucía y hoy ministro del Gobierno de la Nación, Manuel Cháves, se haya dedicado a financiar con fondos públicos a la empresa Matsau, donde trabaja su hija.
Es una auténtica vergüenza nacional que se permita que ejerzan médicos extranjeros en España sin acreditación de su titulación, mientras los médicos españoles están en paro o tienen que emigrar.
Es una auténtica vergüenza nacional que todavía la sociedad civil no haya dicho: “¡basta ya a este sistema corrupto!”.
Es una vergüenza nacional que se persiga la lengua española y se sancione por rotular la misma.
Es una vergüenza nacional que se persiga a determinados medios de comunicación que son críticos con la acción del Gobierno.
Y, finalmente, desde esta tribuna, se hace un llamamiento a la sociedad civil, dentro de los cauces del Estado de Derecho, para terminar con un sistema que han corrompido unos políticos sin escrúpulos, abocando a la sociedad española a unas cotas de deterioro de tal magnitud, que necesita, urgentemente, una Regeneración democrática.
Fuentes. ClasesMediasCV, Regeneracionya